Los años me han enseñado... Que nadie se acordará de las cosas que hice bien... pero todos recordarán los errores que cometí, y que a pesar de ello debo intentar siempre hacer las cosas lo mejor que pueda.
Los años me han dejado... Muchas ilusiones rotas y lágrimas derramadas, pero también me han regalado alegrías, satisfacciones y la oportunidad de sacar grandes enseñanzas, que son las que aún hoy, me animan a seguir luchado por los sueños que me quedan y a valorar por encima de todo, lo que tengo.
Los años se suceden unos a otros... Como las estaciones he vivido hermosas primaveras y duros inviernos que me han ayudado a madurar. A lo largo de ellas he crecido como persona en valores y he aprendido que el verdadero amor es dar y darse, sin pedir nada a cambio
Los años me han enseñado..
Que siempre se puede seguir aprendiendo a mejorar. Que no se puede construir sobre injusticias. Que aún me quedan oportunidades para saber perdonar, pedir perdón, y perdonarme cada vez que me equivoque.
Los años no pasan de balde... Que no añoro tiempos pasados. Que es una pérdida de tiempo quedarse contemplando escenas que ya no me pertenecen, y que he procurar entresacar de ellos imágenes renovadas para vivir con plenitud el hoy y el ahora.
Los años pasan sin sentir...
Que no debo desperdiciar ni un minuto de mi tiempo. Que a pesar de las dificultades del camino he de disfrutar cada nuevo día cómo un regalo, porque ahora sé que no tendré la oportunidad de bañarme en aguas pasadas.
Los años seguirán su curso...
Que debo aceptar la vida como viene con humor y alegría, cambiando lo que no me gusta si puedo y aceptar con serenidad aquello que no puedo cambiar.
Nerio Valenzuela 2014
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